
Al
empezar a pensar el desarrollo de esta nueva entrada (numero dos desde que construí
este blog) me llamo mi hijo y me pidió algo y yo le respondí a ese pedido diciéndole
un montón de cosas y de pronto me miro con su carita de adolescente y me dijo “Papá
no me escuchas, eso no es lo que te pedí”. Ahí me pregunte ¿qué es lo que
valida el hablar? y surgió nítidamente aquello que supe transmitir en un
seminario en el Hotel Ducal de la ciudad
de Córdoba que es el escuchar. Y
a continuación paso a transmitirles parte de lo desarrollado en esa
oportunidad.
EL ESCUCHAR EFECTIVO
Cuantas
veces se dice, vos no me escuchas, esto es un diálogo de sordos, déjame hablar,
siempre queres hablar vos, sos sordo, pero escúchame, nunca me escuchas
Yo pregunto escuchamos bien
en los tiempos actuales, ustedes amigos, ustedes esposos, ustedes jefes,
ustedes compañeros se escuchan verdaderamente.
Yo creo que no y de esto se
trata el seminario de hoy del escuchar y de su importancia en las organizaciones.
La comunicación humana tiene
dos facetas: el hablar y el escuchar, de las cuales se considera que la primera
es la parte activa y la segunda sería una consecuencia lógica, por
lo tanto juega un papel pasivo. Se supone que si alguien habla lo
suficientemente bien (fuerte y claro) será bien escuchado. A partir de esta
interpretación, el escuchar generalmente se da por sentado y rara vez se le
examina como un asunto problemático.
En estos tiempos ha
comenzado "un darse cuenta", de que no escuchamos muy bien. Muchas
veces no nos escuchan o nos resulta difícil escuchar a los demás. Suele
suceder, que cuando un interlocutor hace una proposición verbal, en la tercera
parte de su frase, ya tenemos formulada la respuesta en nuestra mente; le
cortamos la palabra, pensando que lo hemos comprendido y el nos interrumpe a su
vez porque no hemos interpretado bien su pensamiento. Cada uno sigue su idea en
lo que se denomina "un dialogo de sordos"; esto nos lleva a veces a
crear distancia, conflictos, que resienten nuestras relaciones humanas.
En el ámbito de los negocios Peter Drucker y
Tom Peters enfatizan en el "obsesionarse con el escuchar". Se ha
establecido que una de las principales causas del bajo rendimiento del
management, se debe al no escuchar a sus empleados. De esto se desprende la
necesidad de hacer un cambio "fundamental" dentro de lo que hace a
las comunicaciones.
Si examinamos detenidamente
la comunicación, no daremos cuenta de que ella descansa, principalmente, no en
el hablar sino en el escuchar. El escuchar es el factor fundamental del
lenguaje. Hablamos para ser escuchados. El hablar efectivo sólo se logra cuando
es seguido de un escuchar efectivo. EL
ESCUCHAR VALIDA EL HABLAR. Es el escuchar, no el hablar, lo que confiere
sentido a lo que decimos. Por lo tanto, el escuchar es lo que dirige todo el
proceso de la comunicación
Es imprescindible que nos
situemos en un principio de realidad encontrando a nuestro interlocutor en su
propio terreno, esto supone que no interpretemos sus palabras, que no
prejuzguemos antes de tener todas las informaciones, todos los elementos de su
modelo del mundo.
Si tenemos en cuenta la
nueva concepción del lenguaje como generador de realidades nuevas, el escuchar,
aprender a hacerlo en forma efectiva, "nos abre infinitas posibilidades".
En la comunicación no todo
depende de lo que se entrega, sino como se recibe nos permite establecer
que decimos lo que decimos y los demás escuchan lo que escuchan;
decir y escuchar son fenómenos diferentes
ESCUCHAR NO ES OÍR
Oír es un fenómeno
biológico, de acuerdo a la estructura anátomo-funcional de las diferentes
especies, se producen también, diferencias en el oír, Vg. “Los perros oyen
perturbaciones que los humanos no perciben”. En cambio el escuchar, no
solo se refiere a la percepción de sonidos, sino que va más allá.
Escuchar significa
interpretar. Se puede escuchar aún cuando no haya sonidos;
podemos escuchar a través de los gestos, las posturas, movimientos,
emociones, dando la posibilidad de otorgarle un sentido a lo que se está
comunicando; el cine mudo es un ejemplo clásico.
Entonces cuando escuchamos
eficazmente lo hacemos de las palabras, emociones y corporalidad y todo eso
forma un todo con todo lo que esto significa en cuanto a congruencia del
mensaje.
Cada vez que rechazamos a
otra persona perdemos nuestra capacidad de escuchar, solo nos estamos
escuchando a nosotros mismos y nos cerramos a las posibilidades que el otro
está generando.
Hasta la próxima
entrada
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