Continuando con el escuchar efectivo les envío esta entrada para tener en cuenta básicamente en la actitud en el escuchar.
MATRIZ BÁSICA DEL ESCUCHAR
Una vez que hemos entendido que el escuchar
no es solamente palabras o signos tenemos que remitirnos a tres ámbitos
diferentes
a) El ámbito de la acción
Una primera forma a través de la cual le
conferimos sentido al hablar (y que por
lo tanto, constituye el escuchar) guarda relación con identificar las acciones
comprometidas en el hablar. Locucionarias, ilocucionarias, perlocucionarias.
Existen otras acciones
a.1 La acción global involucrada en el
lenguaje
Para ilustrarlo tomemos el ejemplo de alguien
que dice “Fernando, te pido que le pidas disculpas a Verónica”. En este caso,
esta petición podría ser parte de la acción de efectuar un reclamo, dentro de
la cual se le pide a Fernando que se disculpe frente a Verónica.
a.2 La acción asociada
Se trata, obviamente de la acción que es
materia de promesa. En este caso la de ir a pedir la disculpa a Verónica.
b) El ámbito de las inquietudes
Esto de hacernos cargo del otro antes que
estos lo pidan (con nuestro cliente). El saber escuchar las inquietudes del
cliente, para luego hacernos cargo de ellas, es factor determinante de nuestra
capacidad de producir calidad.
c) El ámbito de lo posible
En una conversación, el hablar de uno
modifica lo posible para el otro, permitiéndole a este decir lo que antes no
habría dicho. Este decir, a su vez, le modifica lo posible al primero quien
descubre ahora la posibilidad de decir algo sobre lo que jamás antes había
pensado y así sucesivamente. En ello reside el gran poder de las
conversaciones.
Los grandes seductores son maestros en el
arte de modificar lo posible a través de la conversación.
d) El ámbito del interior de cada uno
Al hablar revelamos el ser que somos y quién
nos escucha puede no sólo escuchar lo que decimos, puede también escuchar el
ser que se constituye al decir lo que decimos. El hablar no sólo nos crea, sino
también nos da a conocer, nos abre al otro, quien a través del escuchar, tiene
una llave de acceso a nuestra forma de ser, a lo que llamamos el alma humana.
Se trata de un escuchar que trasciende lo
dicho y que procura acceder al “ser”. Es precisamente en este sentido que se
trata de un escuchar “ontologico”.
Hay que tener en cuenta fundamentalmente que
al hablar hacemos accesible nuestro yo interior y que hay en ello una
particular apertura hacia el otro.
Aparece el Tú en su verdadero significado la
aceptación del otro como un legitimo otro es un requisito esencial del
lenguaje. Sino aceptamos esto el escuchar será siempre limitado.
Cuando ponemos en crisis el tú cuando ponemos
en duda la legitimidad del otro, cuando nos creemos superiores, cuando creemos
que tenemos un acceso privilegiado a la verdad y a la justicia, que nuestra
manera de ser es la mejor. Afecta a la apertura hacia el escuchar el ser del
otro.
Uno de los grandes meritos de la democracia
reside en el hecho de que se funda en el principio de la diferencia, la legitimidad, y la autonomía del otro (sin
importar como este sea). La práctica de escuchar al otro en los clientes en los
mercados competitivos, también coloca a la competencia del escuchar efectivo
como condición del éxito. Como también la clave del éxito debería ser escuchar
al otro. El autor dice es no lo vemos así en nuestra sociedad.
Una vez que hemos visto los requisitos
esenciales y necesarios para el escuchar efectivo podemos avanzar hacia otros
dominios de observación.
Hasta la proxima
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